lunes, 16 de enero de 2012

A veces me echo de menos.
El espejo me dice que sigo estando aquí, pero realmente me fui hace semanas.

Odio esos días. Todo es absolutamente irrelevante, todo me da igual. Duermo, y duermo esperando a que acabe, esperando a volver a mi cuerpo. Son días en los que estoy mas muerta que viva. Recluida del mundo exterior, con el teléfono vibrando mientras miro el gotelé.

Yo era la niña de las calles de Madrid. La de las piernas bonitas y la cabeza erigida. La que gritaba que quería a todo el mundo mientras la miraban ojos prejuiciosos. A la que le reían las gracias y le pagaban las copas.

"Excéntrica soñadora" creo que ha sido lo más bonito que me ha llamado nadie jamás. Eran buenos tiempos.



Quiero gritar.
Raaaaaaaaw~

3 comentarios:

  1. Lo único constante es el cambio. Y creo que el secreto de aceptarlo, es aceptar por nuestra cuenta. No dejar que nos cambien ellos. Un beso.

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