viernes, 5 de octubre de 2012


- Piña, te presento al señor Vodka.

Estaba desnudo frente a la batidora, le escuche detrás de la puerta de la habitación de Juan, solo le ví de espaldas. Eran las seis de la tarde, creo que fue un Jueves. Seguro que fue un Jueves.

Tuve la tentación de salir, pero me quedé allí, sentada en el suelo escuchando el ruido de los hielos picándose en las cuchillas y mezclándose con el alcohol. Juan tardó cosa de dos horas en despertarse, cuando me vio me dijo que me pusiese algo de ropa y fuésemos a 'desayunar'.

Él estaba en el sofá, con su bebida en la mano y el mando a distancia encima del estómago. Seguía desnudo.

- ¡Buenos días! - dijo.
- No tienes el más mínimo pudor... - le dijo Juan.

Yo no dije nada.
Desayunamos tostadas y café.

Juan me explicó; era su compañero de piso, se llamaba Alejandro.
Terminamos de desayunar y nos fuimos otra vez a la cama, Juan me folló hasta las nueve y después me fui a beber yo sola al bar de la esquina, me apetecía Vodka con piña.

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