martes, 31 de enero de 2012

Cualquier forma de evadirse de la realidad esta bien para mi.
Todo vale, no hay reglas ni límite de tiempo.
Escapar, correr, engañarse a uno mismo.
La forma da igual.
Siempre es sencillo e insuficiente.
Tarde o temprano hay que tirarse al suelo desde la nube y asumir las posibles fracturas en/por todo el cuerpo.

El mundo real me da ganas de llorar.

Nunca llegaré a crecer del todo, la madurez se quedará por el camino, porque el camino no se encuentra en un colocón de hachís, ni en el sexo, ni en los libros, ni en la música.
El camino no se va a mover de la puta realidad.
Y yo hace mucho que no visito el mundo real.

5 comentarios:

  1. ¿Acaso no es ser realista conocer tu realidad y hacer lo que sea necesario para ser feliz a pesar de ella?
    Venga hombre.

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  2. La realidad deja mucho que desear, no creo que nos perdamos demasiado.
    Es cierto es necesaria una motivación pero para encontrarla hay que pisar la realidad y en cuanto la veo me da nauseas, cobarde, lo sé.
    Tu comentario me ha plantado una sonrisa orgásmica en la face, gracias :)

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  3. Mi realidad es una mierda, por eso no me siento culpable ni deseosa por volver a ella. Un besito.

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  4. La realidad apesta, y otras veces, huele a rosas. Pero si te evades de ella, acabas sin saber distinguir los olores. Depende de días.

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