sábado, 7 de enero de 2012

Le cogí la cara entre mis manos y recorrí con la yema de mi dedo índice el puente de su nariz.
Juraría que se sonrojó, nunca había visto a nadie sonrojarse.

-Tienes una cara tan... simétrica.

No se movió un milímetro, posiblemente pensó que estaba loca, o drogada.

-Los hombres deben hacer cola para estar contigo ¿no? -me reí- ¿Sabes? A veces creo que debí haber nacido como un tío, mi vida sería más sencilla.

Tragó saliva.

-¿No te gusta ser mujer? -me preguntó.
- Me encanta ser mujer. Pero mear de pie es más cómodo ¿no te parece?

Me preguntó mi nombre y me dijo que ella se llamaba Sofía.
Tenia nombre de princesa, labios de Diosa, el pelo de color azul y un novio muy guapo que no amaría nunca.

1 comentario:

Seguidores