miércoles, 18 de abril de 2012

Los extremos son mi rutina, cuando llego a un equilibrio me siento extranjera en mi propia cabeza.

Estar bien, para mi, es estar muy bien.
Estar mal, para mi, es estar muy mal.

Y últimamente que ni fu, y que ni fa. Siento que me falta algo; me falta angustia y me falta euforia.

El sexo se ha convertido en un pasatiempo, y el cuerpo me pide más. Me pide que me quieran, me pide a Jaime. Y Jaime se ha ido.
Los días giran en torno al trabajo y las facturas, a la mierda de vida adulta de la que parece ser que ahora formo parte.
Las semanas pasan a velocidades vertiginosas, todo se mueve mientras yo me quedo quieta.
He bajado peso, no tengo apetito, no tengo ganas de nada, no hago más que trabajar y follar. Trabajar y follar. Trabajar y follar. Trabajar y follar.
Me aburro. Pienso. Me agobio. Me olvido. Me consumo.





2 comentarios:

  1. Pues necesitas urgentemente un poco de euforia así como lo dices o la rutina te consumirá por completo :)

    Besos

    ResponderEliminar
  2. No hay nada peor que demasiados semi-buenos días seguidos. Yo cuando no tengo problemas me los invento, pero creo q esto sea ningún buen consejo.
    La serie q tanto me gusta se llama Daria, antes la davan por la tele pero ahora creo q solo encontraras algunos capitulos sueltos por youtube. Si tanto te aburres, miralo:

    el primer capitulo: http://www.youtube.com/watch?v=rDOznmLhHaY

    ResponderEliminar

Seguidores